El presente escrito lo elabore como un ejercicio de reflexión, el cual se encuentra fundamentado en lo aprendido a lo largo de la especialidad de ProForDEMS, utilizando el análisis de las diferentes lecturas, las participaciones en el foro académico y la retroalimentación hecha por mis compañeros de grupo y tutora.
Mi nombre es Martha Elena Peña Martínez, tengo la mayoría de edad, soy originaria del Distrito Federal, pero tengo mi residencia desde hace años en un hermoso lugar al norte del Estado de México, llamado Jocotitlán, a las faldas de un bellísimo cerro.
Cerro de Xocotepetl |
Cerro de Xocotepetl nevado |
Mi profesión inicial es Profesora de Educación Primaria, la cual elegí por varias razones: porque me gusta estar frente a un público, porque me apasiona, es mi vida y me encanta transmitir lo poco o mucho que se, ah! y estar frente a un grupo de niños, jóvenes o adultos porque de ellos también aprendo.
Soy egresada de la Escuela Normal No. 3 de Atlacomulco de la Generación 1979-1984
Marhel |
Tengo 27 años de experiencia laboral de los cuales 6 años me desempeñe impartiendo clases en escuelas de nivel básico (primarias) de los que tengo muy gratos recuerdos y que ahora con esta reflexión vienen a mi mente. Recuerdo aquellos primeros días de clases donde como profesora de nuevo ingreso debía ir conociendo a mis alumnos, a los padres y madres de familia, a los compañeros y compañeras de trabajo, al entorno social, cultural y económico de la institución donde iba a laborar, pero sobre todo debía aprender a no temblar ante los niños y niñas, debía aplicar y lograr transmitir los conocimientos a esas pequeñas personas de primer año. Nunca olvidare la alegría que se siente cuando unos niños de escasos 6 años llegan sin saber nada y uno con las herramientas necesarias hace que aprendan a leer y a escribir. Es fabuloso.
Pero también se crea ese nerviosismo que da por estar ya sola ante un grupo sin la guía de nuestros docentes de didáctica, el saber que ese grupo ya te pertenece y que eres responsable de lo que se logre y lo que se pierda, también surge el temor de no saber si podremos controlarlos (la disciplina de la que habla Esteve), el no saber si lo que hacemos está bien, si lo que estoy aplicando esta correcto y si me dará los resultados que espero, si llegare a lograr que los estudiantes aprendan (la adecuación de los contenidos), si dejare huella positiva o negativa en esos libros en blanco, etc. son tantas cosas que suceden y que a pesar del paso del tiempo me seguirán pasando en diferente grado de intensidad pero siempre estarán presentes. Bien lo expresa Esteve, los profesores novatos tienen angustia, nervio.
Después de ese tiempo fui invitada a participar en la creación, ya de manera oficial, de las escuelas preparatorias oficiales dependientes de Gobierno del Estado de México. En este lapso de tiempo aprendí de construcción, no solo educativa, sino también material, porque a los iniciadores de estas instituciones no se nos doto de infraestructura y debimos, en colaboración con los jóvenes y los padres de familia, de hace 21 años, limpiar el terreno, observar como con la solidaridad de todos los integrantes de esa incipiente comunidad educativa, la obra material tuvo forma.
La Preparatoria Oficial No. 56, que fue donde inicie mi labor como Orientadora Técnica, inicio sus labores en un anexo de la parroquia de la comunidad de Santiago Yeche, en el municipio de Jocotitlán. En 4 meses aproximadamente dejamos ese espacio y se inauguro formalmente el lugar que albergaría definitivamente a la EPO 56, como se le conoce.
En mi trabajo de Orientadora Técnica, tenía la oportunidad de que a través de mi tarea podía guiar, encaminar, ayudar, apoyar, conducir y encauzar a los alumnos en su toma de decisión profesional, y fue como volver a empezar, pues en realidad en la normal superior y en la universidad no te expresan que es lo que vas a realizar en el aula y mucho menos con jóvenes que estaban a un paso de ingresar a las universidades y volví a sentir ese nerviosismo del primer día de clases de hace muchos años.
En ese momento no solo me dedique a orientar, sino además apoye en la construcción del edificio escolar, porque, como en muchas ocasiones se dio luz verde a un proyecto educativo sin saber donde se ubicaría y si tener la mínima infraestructura como ya lo mencione. Durante los 4 primeros meses, hubo de todo falta de recursos, de mobiliario, de docentes que impartieran las asignaturas, pero sobre todo de instalaciones, anduvimos solicitando y rodando de aquí para allá para tener lo indispensable. En ese momento la mayoría de los que trabajábamos en esa escuela estuvimos a punto de colgar el gis y el borrador, pidiendo nuestro cambio a otra escuela o nivel. Pero como siempre, la población nos dio ánimo para seguir y la escuela quedo construida. Además los 6 maestros que laborábamos en la escuela la hacíamos de todo, éramos maestros y orientadores, directores, a veces hasta conserjes.
Primera Generación EPO 56 |
Después de trabajar en la EPO 56 llegue a trabajar a la comunidad donde resido en la EPO 60, donde también labore 4 años, pero al acabalar los 4 años, decidieron cambiarme de escuela porque no me deje del director que llego y quiso pisotearme y pues lo mande a saludar a su progenitora y a mí me mandaron a ….. Jiquipilco a la EPO 71, donde viví la mejor experiencia de mi vida como orientadora de prepa, que aunque fueron solo 9 meses es el parte aguas en mi vida profesional.
Les cuento porque. A pesar de que llegue con la recomendación de ser agresiva y enojona, la comunidad docente me recibió con los brazos abiertos y me acogieron tan rico que lo único que hice fue TRABAJAR y lo hice tan bien, hice tan buena química con el Profr. Salomón, con el Profr. Jorge, con la Profra. Marisela, la Profra. Marielena, la Profra. Paulina, el Profr. Eligio, Migue, Héctor Hugo, Héctor el hache, con todos y todas que cuando me reubicaron en la EPO 59, me hicieron una despedida que yo no esperaba. Porque me reubicaron tan rápido porque así me lo prometió el supervisor y cada que yo lo veía se lo recordaba, pero que creen que después, al correr del tiempo, la que no se quería cambiar era YO. Increíble fui ahí castigada y después ya no me quería regresar.
Como ya lo mencione llegue a trabajar a la EPO 59 desde hace 10 años, esta institución está ubicada en San Pedro de los Baños, municipio de Ixtlahuaca, de la que actualmente soy docente orientadora técnica, con el cargo de coordinadora de Orientación, y hoy puedo decir que encontré el equilibrio en todos los sentidos, que tanto Jiquipilco como San Pedro de los Baños, me lograron dar lo que yo necesitaba.
Hoy trabajo con mis chicos acompañando a mis alumnos en la toma de decisión más importante de su vida: su profesión y a que no sientan temor ante esta. Me siento cada día más comprometida con mi labor, con la escuela donde estoy trabajando, con la comunidad que me ha recibido tan bien.
Como ven fue un gran salto de primaria a preparatoria, pero la experiencia fue gratificante en mi vida laboral. Además que en estos 20 años he logrado manejar de mejor manera mi forma de expresarme, la modulación de mi voz, mi presentación ante los grupos y tantas cosas más.
Que si en este momento me preguntasen en que he cambiado, yo comentaría que en todos los aspectos, desde mi forma de hablar, de presentarme, mi forma de actuar ante los grupos, ya sin tantos nervios, bueno en una infinidad de cosas.
En el apartado de ¿Cómo me veo?
Yo como maestra me veo con unas ganas inmensas de trabajar al 100% eficiente y eficazmente, como cada año, entregando y entregándome a esta maravillosa labor, sirviendo a todos los que me rodean, porque todos necesitamos de todos, actualizándome constantemente, para poder brindar mis clases de orientación con calidad. Quiero transmitirles a mis alumnos la mejor orientación profesional, para que su toma de decisiones sea lo mejor posible y que más adelante sean profesionistas exitosos. Además he de decir que, a partir de esta especialidad, se ha despertado en mi las aspiraciones de poder dirigir esta institución y llevarla a ser un icono educativo, donde se aplique al máximo cada uno de los adelantos y recursos que nos exige el modelo educativo y la RIEMS. (Alguien me dijo que me lo propusiera y que lo lograría)
Como ser humano, me veo tranquila, serena, con una paz interna, pero a la vez y por momentos, como ese volcán que está a punto de estallar, con mi sonrisa y mi alegría al orden del día, para compartir mi deseo de vivir plenamente cada instante de la vida ya sea personal, familiar, laboral o profesionalmente.
En cuanto a mi labor como orientadora, he observado, mediante las lecturas y reflexiones que hemos hechos que falta mucho por aprender, que a través de este espacio he advertido que todos los docentes coincidimos en muchas cosas por ejemplo en estar actualizados, porque es la base de nuestra labor, el querer que nuestros alumnos sean más competitivos en el área que nosotros le estamos impartiendo y que a su vez nosotros seamos competitivos en lo que estamos realizando, el que estemos en esta especialización habla del gran interés que sentimos por seguir superándonos, por seguir conociendo por ejemplo el uso de las TIC’s que hacen que el trabajo sea más eficiente, con mejores resultados y con la utilización de estas herramientas tecnológicas. También observo, desde mi muy particular punto de vista, que a pesar de ser de diferentes lugares, con espacios de trabajo tan disímbolos y a la vez tan similares, con diferentes profesiones de origen; todos, absolutamente todos llegamos a la conclusión de que somos parte importante del quehacer de un país, posiblemente no con esas palabras, pero si se encuentra entre líneas, puesto que todos queremos que nuestros jóvenes tengan una mejor educación y sean hombres y mujeres profesionistas, íntegros, honrados y de éxito. Queremos ser mejores maestros para lograr mejorar nuestro entorno próximo.
Esteve dice que hay que formarse una identidad profesional en lo cual estoy de acuerdo, pero por ejemplo, en mi caso, creo yo sinceramente que esa identidad profesional ya la traía desde antes por las vivencias vivida en mi hogar donde había maestros y yo quería ser como ellos, y en muchos casos, así es, el llegar a esta profesión por azares del destino crea más incertidumbre, pero después es satisfactorio. En cuanto a lo que dice que debemos ser comunicólogos, en mi casa y trabajo dicen que yo debí ser escritora o locutora porque no suelto tan fácilmente; el papel para colocar mis pensamientos, ni el micrófono para comunicarme.
Como profesora sé que me falta mucho por aprender, por hacer y por mostrar, pero, en lo personal estoy orgullosa de mi trabajo, de lo que logro día con día y de ver a esos jóvenes plenamente realizados, que regresen y me muestren quiénes son y que han llegado a ser, que se encuentren trabajando en lo que ellos eligieron.
Hoy a 27 años de ser Maestra, sé que mi decisión de serlo fue la mejor que he tomado en mi vida personal y profesional, porque amo esta profesión y no la dejaría por nada del mundo. Además si volviera a nacer, tomaría la decisión de estudiar para ser maestra.
Martha Elena Peña Martínez |